Resulta muy desalentador el tratar de convencerme de que la siguiente
oración que escriba tendrá sentido. Quisiera escribir sin pensar y que las
ideas brotaran, como los botones en las plantas, que posteriormente se
convierten en flores. Quiero abarcar las páginas con mis miles de ideas, quiero
conectarlas aun cuando sé que me tomará toda una vida llevarlo a cabo. Quiero
llenar mis pulmones con cada acento, coma y punto, como cuando intentas
expandir tus pulmones al límite, como una quinceañera en etapa terminal que
sabe debe aprovechar y vivirlo al máximo, porque no importa cuánto lo
disfrutes, nunca será suficiente. Quiero sentir, saborear cada párrafo y saltar
de una esquina de un libro a otra, aferrándome al número trece, catorce,
quince. Y cuando sienta que no me guste, dar la vuelta y lanzarme a otros más.
Resulta muy desalentador decirme a mí misma que la siguiente oración que
escriba tendrá sentido, porque nunca será suficiente. Siempre querré eliminar
una coma, reemplazar un pensamiento que en su tiempo era lo más ingenioso que
se me pudiera haber ocurrido. Siempre añadiré los piropos que ese chico le
decía a la chica que tanto me esforzaba por camuflar para que no se pareciera a
mí. Ojos de color, piel blanca y cabello como el oro. Características muy fuera
de mi alcance, pero que me desnudaba, por su falta de seguridad y sensibilidad,
como una granada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario